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Mostrando las entradas de diciembre, 2021

Sobre mi o algo de mi.

Cosas tiradas por el suelo. Atorado en telas húmedas. Pegado a un banquillo. Encajando tuercas. Recitando versos en pantanos y desiertos. Véase también a usted. Vea a los pájaros comer. Inquietud y serenidad masticando arroz en sus pequeños picos, marrones plumas, sucias. Saltitos sobre piedras, pasos chiquitos. He descubierto que guardo demasiada energía. Que necesito envenenarme, gastarla en cualquier movimiento para poder dormir seguido. Dormir tranquilo, al menos algo de descanso. Antes era así. Con pastillas y té de lechuga. Cerrando las persianas para evitar el polvillo clásico de Caracas. Sudado del calor solitario que entra incluso con el aire maltratado con esa comodidad plástica que le es natural. Un poco de azul en el cielo y todo estará hecho. Bajo nubes escalonadas, plegadas pocas cosas quedarán oscuras, ocultas de nuestros ojos. Tan lejos ahora. Ánimos acicalados. Lejos y lejos de cualquier otra cosa tirada en el suelo. 

Juego.

Solo nos mirábamos. En ese momento, íntimo, excavador, atendí la entrada a un gran casino.  Con mesas atendidas por la misma cara, de pelos negros y blancos (¿acaso serán gemelas?) Las ruedas circulares con rectángulos rojos, negros giraban rápido haciendo repicar la bolita blanco entre sus separaciones brillantes. Un hombre de edad adulta no dejaba de mirarla con un papelillo en la mano derecha, una bolsa de tela que balanceaba sonando como tinaja. Atrevió a tocarle la cara. Despedirse de la amenaza con un beso en la comisura seca de su labios secos.  ... Me senté en una mesa a apostar (¿que cosa?) No juego a las cartas hace mucho tiempo. La última vez fue en un asilo de viejos estrujados, mojados y secos al mismo tiempo.  Noté que algo me pesaba los bolsillos. Una ficha de mil quinientos que, sin duda, como si ya supiera hacerlo le di a la dealer. ... El humo restante, disidente del cigarrillo. Azulado, como lo son los industriales, mordisqueaba la copa de los árboles. ...

Tantas. Tantas.

 Brisa. Le quitas el sudor de encima. Las ropas mantienen pesadez agregada por los líquidos corporales. La sal que pesa mas que el azúcar. Por ello es mas granulada, normalmente. Aunque si hablamos de ser concretos o específicos, objetivos, traigamos los números al papel, pizarra, a la cabeza donde se puedan ver. Morir no es lo mismo que la muerta pero eres suficiente de ignorancia como para saber eso. Feliz no es lo mismo que felicidad aunque en ciertos caso, sin mucha pesadez encima podríamos compilarla en una misma palabra de invasión interna, como rebota tanto en la cabeza y sube rapidísimo como un maratonista sube la cuesta.  Va menguando el sudor en su cara. La satisfacción de haber completado el trayecto o la tranquilidad de no correr mas son dos cosas distintas, dos frutos en un mismo matorral. El humano y su experimentación del universo ha hecho esto posible. Obvio que existía, solo que ahora ya no es una posibilidad dentro de las tantas probables que puedan suceder. ...

Roto Pt. II

 ¿Qué pasa? Esta carne esta salada, no, saladísima. Al retrogusto erosiona la faringe como fumarse veinte en doce horas. Puaj, que asco. Mejor calienta el agua y saca las hieleras. Nos tomamos un te y luego, con el hielo, lo que quieras menos cerveza.  Ansias terribles a medianoche en los dias libres. Son la una y trece, he olvidado comer, hacerme la cena o aunque sea tomarme un te. Me librado de pastillas ¿para que las quiero? no me dejan disfrutar ni el sol, ni la grama. He rozado un libro remojado y ahora seco. Estúpido yo que he dejado la ventana abierta para las golondrinas y se me han metido los charcos a casa. La almohada esta empapada y el yeso de remaches en el techo se resquebraja entre la humedad, el calor, las hormigas y las termitas. He llorado un poco los últimos días. He perdido, de nuevo, la paciencia. He perdido el pulso por segundos. La taza de café nueva se ha roto en un descuido. El cenicero estrellado se ha estrellado con el piso. Primero el cenicero y lue...

Queridos amigos.

 Paul, Alberto, Federico y Matias. Les escribo esta serie de mensajes solo para comentarles ciertas situaciones, cosas que tengo y algunas nuevas vistas que he logrado divisar tras caminar. Estoy descansado y limpio tras una ducha. No se como se lo van a tomar pero, ya que somos amigos desde hace tiempo y nos contamos todo ahi va. Me he comprado un par de bombillas. Una de luz blanco y otra que da una luz extraña. Una luz como los faros de las autopistas. Alumbra muy poco en la habitación pero es perfecta para leer y pasar el rato mirando el techo. En cuanto a La habitación sigo en la misma, se que me han dicho que necesito mas espacio pero es muy cómodo tener poco espacio y moverte dos paso de un mueble al otro para sacar la sarten. He encontrado un par de arañas viviendo en la despensa. Me visitan a la madrugada cuando me trasnocho enfrentando crisis comestibles: pescado, arroz, carne, porotos. Con la comida es siempre la duda de que como, cuanto y que. Son esas preguntas de todo...

Los traidores no lloran.

 Una vez puede que si. La vida nos alcanza a todos con sus obscenidades y perdidas de tiempo , amistades. Pornografía en cada roce con la mano, cada vez que muestras tus manos sobre las mías, las mías sobre las caderas recién levantadas en un vaivén latino-musical, divino como te sabes las canciones aleatorias pues tu las saltas. Jadeos. Aplausos. Jadeos. No actúes incorpóreo con carne envolviendo tus huesos. Volviste y apure el paso a comprar los tranquilizantes. Paquete rojo, blanco y letras negras. Tranquilo. Tranquilo ahora. Que mas da, me queda la mitad de pastilla y no tengo lagrimas para llorar, tengo que intentar ahorrarlas para cuando se me tenga permitido, cuando me lo permita. ¿Debería callarme? ¿No hablar mas de esto? Por ahora no respondo. Jadeo. Jadeo. Esnifo la mucosa trabada. Trago la mucosa viscosa en la garganta. Lloro yo y entristezco a mi fantasma sobre la cama  ¿Por que tu no haces lo propio?   Aplausos. Aplauso. Intento de. Bienvenidos al circo....

¡Muévete!

¡Ahí va! Suena la electricidad. Rodillas flexionadas un, dos, tres y otra vez. Se zafan los tornillos con un armado, papelillo no blanqueado, celulosa. Nada plástico. Si te vas ahora te pierdes la mejor parte. No seas tonto, disfruta del disfraz y flexiona las rodillas ¡Vamos! ¡Con ritmo! Sigue así. Así. Así con estática, tocando los pelos de los brazos con el aire. Atrayendo con fuerzas los últimos alientos. Amanece y el aliento sabe a durazno sintético. Cereales destilados. Maíz fermentado. Ahí va. Camina, pégate al cuerpo de un malagradecido. Filma la tristeza con un poco de vodka, abre la segunda etiqueta. Fuma y fuma. Un, dos, tres. ¡Cómo me arden los pies! Muévete con estilo, sin metáforas con ese sentido único. Muévete, así, así. Corre el labial por el vaso, tira el pucho y pasa la canción. Con un poco de suerte, vodka y movimiento hoy pruebes la danza, la fianza en la que pongo el cuerpo con vos. 

Posibilidad.

Sale a corridas de mis poros, sale de mi. Cuando triste veo esta cara sobre el lago invade erupciones sin cesar, quema los pies. Podría estar describiendo varios párrafos pero se que de alguna forma sintetiza lo que sucede. Ojala pudiera tener otro estado para escribir. No me importas. En lo absoluto. Aunque, sin duda, todos hemos sentido que algo es nuestro por habernos mostrado desnudos frente a su cuerpo. Liso, magullado, sudoroso. Eres y sus hermosa, linda de cara, lindos cabellos. Hermosos labios y una pulida barbilla. Que terrible seria que ya no te diviertas o te rías de conmigo pero si de mi. Aun no contestas. Te llamado. He apretado ligeramente tus hombros viendo a ver si escondes algo, si puedo exprimir un par de granos en vuestra suculencia. Bailas, tomas y regalas. Sera que he sido yo, tan tonto como suelo ser, el que engañado estaba en que había una posibilidad circundando nuestra piel. ¿Sera asi? Amor ¿Amor mío? Esta ese porcentaje por algún lado, en una esquina, en un va...

Pantalla de las 3AM.

 ¡Otra vez esa maldita, empalagosa sensación!  Cuantas veces cruce, abrí esta puerta durante el ultimo año. No me lo pregunto. Se la respuesta. Adolezco con quince años perpetuos ¡Ojala mi conciencia se fuera a pasear! ¡Estúpido! Montón de grasa que no sabe olvidar. Se como cantas tus canciones, tomas tu café. Hoy no estas al servicio, quizá después.  Sobrepasa capacidad de ejemplificar los verbos que hacen vivir a este pobre sonrojado. Vergonzoso de decir te amo, en verdad.  Odio y abrazo esta parte de mi. Colocado en calor exacto. Ojos vidriosos y lentos. Es la forma de sacar a puntadas el aliento mas severo. Una araña teje en mi espalada las redes del peso. Vería tus besos. Absurdos. En el primer florecer de cerezos. Estos que andan acá en Córdoba y no me dejan olvidarte.  En verano preciso tejen un cielo espeso.  Azul, rosa, blanco. Ojala pudiera cortarte en pedazos. Examinar cada parte de ti. Entenderte, Saber que amarte nos es una perdida de tiempo. M...

Así lo entiendo.

 Para el oído a punta. Para la lengua, deja de hablar porquería. Fuma de una vez. Pruébalo aunque sea una vez. Si te digo que "basta" no me hagas caso. De ti depende una buena charla, una buena escucha.  Me dicen, en el pinganillo, que hable un poco mas. Tienen razón. Sin embargo he gastado ya todos mis billetito de feria. Estoy agotado de dar vueltas en montañas rusas en un parque ítalo-americano. Ruido por cada lado. Basta. Mi niño ha llegado a su limite de interacción. Por ello esta "diversión" la atraso me quita ganas. Voluntad, enfoque. Agota cada parte relevante de mi actitud individual. Rumeo cada tanto. Cada tanto salgo a gastar los billetitos que guardo con los calcetines, en los calcetines. Peco de rapidez, como siempre, de intensidad de acción. En media hora podria haber entrado, probado salido de cada atracción del parque.  Al final lo entiendo pero este niñito barbudo no sabe moderarse ante la oportunidad de divertirse.  Mucho algodón de azúcar. Diabete...

Hablemos un poco. Dejemos de tragar.

 Es habitual que un estúpido, como varios hay en la vereda izquierda cercanos al desagüe, averigüe por medios y motivos inexplicables si viven serpientes en las alcantarillas.  Si te digo un secreto ¿lo guardarías? ¿se lo contarías a los vecinos, derechos?  No importa si lo enrollas en la billetera como factura o lo apretujas con las monedas en el monedero. Si lo guardas en la mesita de noche con las "curiosamente fuertes" pastillas de menta. Lo cuentas junto al dinero de la semana y lo gastas en vicio, ocio y olvidos. Tal vez se te afloje la garganta, la cabeza. Llorar esta bien si estas triste. La gotitas que delizan por el mentón van al desagüe. ¡Se me olvidaba! Lo siento si esperas que te cuente el secreto. He recaido en querer parecer interesante para quienes me miran calle por medio, a través o al pasar de autos enanos pomposos, coloretes. Por la noche mira la boquita vertical que lame secamente el seco asfalto. Si ves una rata salir apacible no hay serpientes. No e...

Descansos.

 Recostado en el heno, Sadam conquista mentalmente una montaña de oro. Corre cuesta arriba, libre de equipaje, solo un pico y bolsa vacía de harina. Un pie le sigue al otro friccionando los tobillos, irritando los huesos cansados de un campesino. Es un día largo de trabajo, plena temporada de arándanos, pepitas de oro negro y morado. El sol esta al a temperatura justa de altura, calienta y no quema. Espanta a los grillo y serpientes pero no las moscas, los mosquitos. Le besan las orejas, aterrizan constantemente en la calva y la nuca. Son cuatro y van turnando para besar sus labios.  Acomoda el sobrero de cuero y sigue soñando. Corre, corre, corre Sadam. Llegando a la cumbre mientras otros arrastran taladros. Pica, pica, pica Sadam. ¡SADAM! Que no te quiten el sueño. Revisa los bolsillo por huecos. Guarda todo en la bolsa. Guarda, guarda, guarda. Amárrala al pescuezo deslízate por la cuesta mas empinada. Apúrate, lleva el oro a casa. Tanto trabajar para cosechar una vez cada c...

Roto. Pt.I

 Infinitamente ¿Es asi, Poe? al menos es infinito o es que no termina nunca aunque duela siempre, lo cotidiano de hacerse  cada día en la finitud del tiempo que no(S) queda. Es eterna la posibilidad de lagrimear  ante algunas canciones de jazz. Con precisión quirúrgica colocar la cuchilla sobre la piel. Cortar. Reparar. Romper otra parte.  Descubrirse desnudo, roto, siempre remendando, repensando hasta que  su dulzura, la coquetería me quite infinitamente un nuevo día. Descubra que, a pesar del silencio y la improvisación, otros ojos me miran con curiosidad de porque lloro a la esquina de un libro o me encojo, pequeñísimo con Coltrane.  

Dios es.

 Comprender los mandamientos. La monja trata de explicármelos como si no supiera como vivir mi vida, respirar mi aire, Tomo unos sorbos de vino comprando la complicidad de escucha que necesito para soportar esta clase de MAXIMAS UNIVERSALES. No entiendo. Para que vivir reglamentado si puedes controlarte a ti mismo.  Carlita esta perdiendo su droga, el "dealer" de la cuadra se muda y no pierde a el o su comercio. Pierde su inmediatez y menos gasto de energía que prod uce esperar o ir hasta la otra punta de la ciudad, Cada esquina esta prendida fuego Marcelo, le dice ella amiga de infancia y confiable hasta las cejas. Bueno, cejas que se hace con Dalia, la estilista de medio pelo, medio calva. Que se yo votante de Dios, dios este hecho a la media de nuestra creencia. De los lugares recónditos, perdidos en los que vamos a cavar tesoro que llevamos dentro,  Carlita tiene la fe enrolada acompañada de canciones melosas y gansters. Extraña a su novio, chongo de hace tr...

No (treinta)

 No, no, no, no. ¡Jamás decaigas! ¿Como? "Prohibido morir" Comenzar a escribir es apagar la mente, domarla solo para que me de sus impulsos eléctricos para mover el lápiz y que me sirva tirando los papeles del archivero, revisando las carpetas como oficinista desesperado. Ahí va saliéndose de la elegancia, los botones y la corbatas de bandana. Ya se quita el cinturón y le arde la cabeza.  Fluyen las comandas, los pedidos y los adelantos. Esta el jefe en plena obra y el supervisor vine y va en caminata olímpica con manchas de sudor en el cuello acartonado. Pide las nuevas letras. "No los tengo, lo estoy haciendo" Capaz en quince que en treinta llegan las ideas, treinta líneas y treinta idas con venidas de botones saltarines. Seguí, seguí. La practica te hace mas tolerante, maleable hasta ser el agradable que acepta, no sabe rechazar. No decaigas. Quémate los dedos has negar cuatro, treita veces a la idea que llega y buscan las corbatas.