Sobre mi o algo de mi.
Cosas tiradas por el suelo. Atorado en telas húmedas. Pegado a un banquillo. Encajando tuercas. Recitando versos en pantanos y desiertos. Véase también a usted. Vea a los pájaros comer. Inquietud y serenidad masticando arroz en sus pequeños picos, marrones plumas, sucias. Saltitos sobre piedras, pasos chiquitos. He descubierto que guardo demasiada energía. Que necesito envenenarme, gastarla en cualquier movimiento para poder dormir seguido. Dormir tranquilo, al menos algo de descanso. Antes era así. Con pastillas y té de lechuga. Cerrando las persianas para evitar el polvillo clásico de Caracas. Sudado del calor solitario que entra incluso con el aire maltratado con esa comodidad plástica que le es natural. Un poco de azul en el cielo y todo estará hecho. Bajo nubes escalonadas, plegadas pocas cosas quedarán oscuras, ocultas de nuestros ojos. Tan lejos ahora. Ánimos acicalados. Lejos y lejos de cualquier otra cosa tirada en el suelo.