Roto Pt. II
¿Qué pasa? Esta carne esta salada, no, saladísima. Al retrogusto erosiona la faringe como fumarse veinte en doce horas. Puaj, que asco. Mejor calienta el agua y saca las hieleras. Nos tomamos un te y luego, con el hielo, lo que quieras menos cerveza.
Ansias terribles a medianoche en los dias libres. Son la una y trece, he olvidado comer, hacerme la cena o aunque sea tomarme un te. Me librado de pastillas ¿para que las quiero? no me dejan disfrutar ni el sol, ni la grama. He rozado un libro remojado y ahora seco. Estúpido yo que he dejado la ventana abierta para las golondrinas y se me han metido los charcos a casa. La almohada esta empapada y el yeso de remaches en el techo se resquebraja entre la humedad, el calor, las hormigas y las termitas.
He llorado un poco los últimos días. He perdido, de nuevo, la paciencia. He perdido el pulso por segundos. La taza de café nueva se ha roto en un descuido. El cenicero estrellado se ha estrellado con el piso. Primero el cenicero y luego la taza. No me queda nada para saciar los vicios o mantenerme vivo. He llorado por los bordes doblados en zigzag ¡Que desperdicio! No puedo tener el final. No se lee. No hay final. He llorado atragantándome con chucherías, otra vez. Mis descensos son fatales, en picada. Termino roto, otra vez, pegando la taza.
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