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Sobre mi o algo de mi.

Cosas tiradas por el suelo. Atorado en telas húmedas. Pegado a un banquillo. Encajando tuercas. Recitando versos en pantanos y desiertos. Véase también a usted. Vea a los pájaros comer. Inquietud y serenidad masticando arroz en sus pequeños picos, marrones plumas, sucias. Saltitos sobre piedras, pasos chiquitos. He descubierto que guardo demasiada energía. Que necesito envenenarme, gastarla en cualquier movimiento para poder dormir seguido. Dormir tranquilo, al menos algo de descanso. Antes era así. Con pastillas y té de lechuga. Cerrando las persianas para evitar el polvillo clásico de Caracas. Sudado del calor solitario que entra incluso con el aire maltratado con esa comodidad plástica que le es natural. Un poco de azul en el cielo y todo estará hecho. Bajo nubes escalonadas, plegadas pocas cosas quedarán oscuras, ocultas de nuestros ojos. Tan lejos ahora. Ánimos acicalados. Lejos y lejos de cualquier otra cosa tirada en el suelo. 

Juego.

Solo nos mirábamos. En ese momento, íntimo, excavador, atendí la entrada a un gran casino.  Con mesas atendidas por la misma cara, de pelos negros y blancos (¿acaso serán gemelas?) Las ruedas circulares con rectángulos rojos, negros giraban rápido haciendo repicar la bolita blanco entre sus separaciones brillantes. Un hombre de edad adulta no dejaba de mirarla con un papelillo en la mano derecha, una bolsa de tela que balanceaba sonando como tinaja. Atrevió a tocarle la cara. Despedirse de la amenaza con un beso en la comisura seca de su labios secos.  ... Me senté en una mesa a apostar (¿que cosa?) No juego a las cartas hace mucho tiempo. La última vez fue en un asilo de viejos estrujados, mojados y secos al mismo tiempo.  Noté que algo me pesaba los bolsillos. Una ficha de mil quinientos que, sin duda, como si ya supiera hacerlo le di a la dealer. ... El humo restante, disidente del cigarrillo. Azulado, como lo son los industriales, mordisqueaba la copa de los árboles. ...

Tantas. Tantas.

 Brisa. Le quitas el sudor de encima. Las ropas mantienen pesadez agregada por los líquidos corporales. La sal que pesa mas que el azúcar. Por ello es mas granulada, normalmente. Aunque si hablamos de ser concretos o específicos, objetivos, traigamos los números al papel, pizarra, a la cabeza donde se puedan ver. Morir no es lo mismo que la muerta pero eres suficiente de ignorancia como para saber eso. Feliz no es lo mismo que felicidad aunque en ciertos caso, sin mucha pesadez encima podríamos compilarla en una misma palabra de invasión interna, como rebota tanto en la cabeza y sube rapidísimo como un maratonista sube la cuesta.  Va menguando el sudor en su cara. La satisfacción de haber completado el trayecto o la tranquilidad de no correr mas son dos cosas distintas, dos frutos en un mismo matorral. El humano y su experimentación del universo ha hecho esto posible. Obvio que existía, solo que ahora ya no es una posibilidad dentro de las tantas probables que puedan suceder. ...

Roto Pt. II

 ¿Qué pasa? Esta carne esta salada, no, saladísima. Al retrogusto erosiona la faringe como fumarse veinte en doce horas. Puaj, que asco. Mejor calienta el agua y saca las hieleras. Nos tomamos un te y luego, con el hielo, lo que quieras menos cerveza.  Ansias terribles a medianoche en los dias libres. Son la una y trece, he olvidado comer, hacerme la cena o aunque sea tomarme un te. Me librado de pastillas ¿para que las quiero? no me dejan disfrutar ni el sol, ni la grama. He rozado un libro remojado y ahora seco. Estúpido yo que he dejado la ventana abierta para las golondrinas y se me han metido los charcos a casa. La almohada esta empapada y el yeso de remaches en el techo se resquebraja entre la humedad, el calor, las hormigas y las termitas. He llorado un poco los últimos días. He perdido, de nuevo, la paciencia. He perdido el pulso por segundos. La taza de café nueva se ha roto en un descuido. El cenicero estrellado se ha estrellado con el piso. Primero el cenicero y lue...

Queridos amigos.

 Paul, Alberto, Federico y Matias. Les escribo esta serie de mensajes solo para comentarles ciertas situaciones, cosas que tengo y algunas nuevas vistas que he logrado divisar tras caminar. Estoy descansado y limpio tras una ducha. No se como se lo van a tomar pero, ya que somos amigos desde hace tiempo y nos contamos todo ahi va. Me he comprado un par de bombillas. Una de luz blanco y otra que da una luz extraña. Una luz como los faros de las autopistas. Alumbra muy poco en la habitación pero es perfecta para leer y pasar el rato mirando el techo. En cuanto a La habitación sigo en la misma, se que me han dicho que necesito mas espacio pero es muy cómodo tener poco espacio y moverte dos paso de un mueble al otro para sacar la sarten. He encontrado un par de arañas viviendo en la despensa. Me visitan a la madrugada cuando me trasnocho enfrentando crisis comestibles: pescado, arroz, carne, porotos. Con la comida es siempre la duda de que como, cuanto y que. Son esas preguntas de todo...

Los traidores no lloran.

 Una vez puede que si. La vida nos alcanza a todos con sus obscenidades y perdidas de tiempo , amistades. Pornografía en cada roce con la mano, cada vez que muestras tus manos sobre las mías, las mías sobre las caderas recién levantadas en un vaivén latino-musical, divino como te sabes las canciones aleatorias pues tu las saltas. Jadeos. Aplausos. Jadeos. No actúes incorpóreo con carne envolviendo tus huesos. Volviste y apure el paso a comprar los tranquilizantes. Paquete rojo, blanco y letras negras. Tranquilo. Tranquilo ahora. Que mas da, me queda la mitad de pastilla y no tengo lagrimas para llorar, tengo que intentar ahorrarlas para cuando se me tenga permitido, cuando me lo permita. ¿Debería callarme? ¿No hablar mas de esto? Por ahora no respondo. Jadeo. Jadeo. Esnifo la mucosa trabada. Trago la mucosa viscosa en la garganta. Lloro yo y entristezco a mi fantasma sobre la cama  ¿Por que tu no haces lo propio?   Aplausos. Aplauso. Intento de. Bienvenidos al circo....

¡Muévete!

¡Ahí va! Suena la electricidad. Rodillas flexionadas un, dos, tres y otra vez. Se zafan los tornillos con un armado, papelillo no blanqueado, celulosa. Nada plástico. Si te vas ahora te pierdes la mejor parte. No seas tonto, disfruta del disfraz y flexiona las rodillas ¡Vamos! ¡Con ritmo! Sigue así. Así. Así con estática, tocando los pelos de los brazos con el aire. Atrayendo con fuerzas los últimos alientos. Amanece y el aliento sabe a durazno sintético. Cereales destilados. Maíz fermentado. Ahí va. Camina, pégate al cuerpo de un malagradecido. Filma la tristeza con un poco de vodka, abre la segunda etiqueta. Fuma y fuma. Un, dos, tres. ¡Cómo me arden los pies! Muévete con estilo, sin metáforas con ese sentido único. Muévete, así, así. Corre el labial por el vaso, tira el pucho y pasa la canción. Con un poco de suerte, vodka y movimiento hoy pruebes la danza, la fianza en la que pongo el cuerpo con vos.