Tonos para no creyentes.
Es muy fácil mandar un mensaje ¿cierto?
Es muy fácil hablar un par de horas entre cristales, ventanales de acero y líquidos oxigenados.
De esto no se trata. No. No se trata de bebidas y las horas después del amanecer. No quiero escribir hoy de nada que me ha hecho algún mal. Quiero pizcas de ese naranja incandescente que ciega los pecados al atardecer, que suaviza cualquier duda existente entre vos y tu voz. Quiero que me deje pintado en la vereda, en la boca amarilla que traga la nunca posible inundación.
Nada de esto es real. Eso es lo que quiero creer.
Mientras deseo, rezo a algo que no me puede devolver la piel, el lienzo, la carne.
Avergonzado mirando, anonadado, las copas de los árboles esperando que me busques en mi techo de hojas, en el suelo de algodón. Acomodando las lágrimas. Quiero que te sepa mejor el azul, es tu número, tu color.
No se en que temporada me encuentro. Me arrodillo. Rezo.
Desierto con focos que iluminan al sol. Una sartén caliente calcinando sazón. No puedes comer lo bebible ni masticar chicle.
No quiero escribir de mujeres, cigarrillos o noches entre noches. No es lo mío, no lo es ni lo fue. No creo en ello. Son, sinceramente, demasiadas negativas para que sea algo bonito. Pero ningún ideal lo es. Desde luego el despojo de reglas tampoco lo es. Soy un manojo de llaves que abren puertas sin forzarlas, sin meter siquiera mi cabeza en las hendiduras. Soy el problema que se resuelve con solo mirarlo y siempre he sido el que te ha visto mejor que tu a ti mismo.
Siempre eliges un color. El mío es el naranja, pues, a pesar de ser el que debilita mis rodillas y hace besar la frente con la piedritas es aquel que me mantiene jovial y alegre. Me quita las penas y luego me las regresa al siguiente.
Otro día. Otro día.
¿Crees en mi? Cree en el tono de mi voz, en el tono de mi piel, en el afinque de mi palabra y nunca dudes del amarillo que te abraza. La calidez de mi visión. El vicio que provoco para quienes ya no creen en el amor al color.
Tonos para no creyentes:
Verde.
Morado.
Azul (no siempre).
Lila.
Rojo.
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