No morir en Febrero.

 NO morir en Febrero.

segunda parte.


"Nadie pierde (repites vanamente) 
sino lo que no tiene y no ha tenido 
nunca, pero no basta ser valiente 

para aprender el arte del olvido. 
Un símbolo, una rosa, te desgarra 
y te puede matar una guitarra."
 
        Extracto de "1964" , poema de Julio Borges.



Ya era pasada la madrugada. El amanecer prometía un clima que haría perder el sentido del placer a cualquiera, ese sin sabor de cuando acompañado se desvanecen las horas. Cada quien configura su alarma para despertar. Algunos se preparan el día anterior, otros apretados llevan el bolso y la plata preparadas desde la semana pasada, pasada la madrugada sonó mi alarma. El primero en levantarse de la cama y el ultimo en dormirse. La noche se pego con el mediodía, Cuatro horas son suficientes como ocho (¿Cuántas veces he repetido "horas"?)

    Un calor divino, como un silbido en el bossa nova. Suave, ligero, sin sudor en la ropa. La casa esta sola. Mi hermano esta y no esta. Casi no sale de su cuarto. Sus razones tendrá, claro ¿Las se? No, no hablamos mucho desde que el abuelo murió. Las únicas veces que lo veo y cruzo palabras rutinarias son los jueves y los almuerzos del domingo después de misa. Los jueves parece resucitar del colchón, de su pieza que huele a perro mojado y prepara el desayuno que comemos en silencio, unas galletas de agua con queso, tomate y olivas con un termo de mate o solo un termo de mate. Los jueves mira el reloj a cada rato pues tiene cita con el terapeuta a las diez de la mañana. Se va media hora antes a pesar que solo debe caminar quince minutos para llegar ¿Qué hará en los otros quince? No lo se y si lo se pero lo olvido como el a mi, mi existencia.

Tuvo un par de ataques de pánico hace dos meses. Un intento de suicidio y, contadas, seis veces que se ahoga con su propio vomito. Conjunta la marihuana con vino, le suma vodka y quita las dudas con mas vodka. Se le va la plata que pasa papa en eso, bueno, su parte. Ni remota idea de como pero tiene trabajos esporadicos, renuncia a uno y a los quince minutos tiene otro. El poder de la droga, supongo. Nuestra madre no aguanto mas y lo hecho de la casa. Yo di mi cuota de drama y lo defendí a muerte hasta que colme los limites. Me fui con el no porque lo quisiera, solo por la creencia (en ese momento creia) que era un incomprendido, que necesita ayuda y yo, su hermano, podría reconstruir su roto ser.

Al menos conseguí que fuera a terapia. Si, no falta a la cita si es que eso se preguntan. Pregunto cada jueves si fue. 



(Continuara)

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