Pago

eran diecisiete en total, contando a quien esta en la vitrina por pagar alguna cuenta ajena, el crédito o cargar alguna cuenta. tres de ellos con acompañantes. la que acaba de pasar su hija o quiza sobrina la espera afuera con ropa colegial. los otros son parejas, seguro están allí para capitular la factura del seguro.

si contamos desde atrás es el once y, en orden titular, el seis. todavía no le toca a el. una embarazada se aposta con el coche al frente de la entrada, dos nenas, una de pie y la otra en brazos.

el señor de bastón impaciente trata de relajar hablando con la vieja abrigada por pasar. no se escucha lo que dice. habla con los lentes.

un motorista, al auto lavado pasar. van treinta, el los ve pasar. dos con el celular apoyados en el pilar y la vieja con las compras preguntándose cuando le va a tocar. pagar o irse a dormir. pagar o cenar. pagar o visitar a la suegra.

la gorda sale y entra el señor. no, no entró. le queda la paciencia justa para esperar en el umbral. este seguro es fumador, claramente, es esa clase de impaciencia que llega con las ansias y la vejez.

no puede tolerar ver a la vieja. piensa en dejarla pasar pero él también tiene que cargar e irse a trabajar. pagar y trabajar. pagar y comprar. pagar y vitrinear un local.

el ultimo en llegar pregunta si la fila es por acá. mantenemos el número, somos seis, once y diecisiete y faltan dos por capitular. 

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Gracias por dejarme solo.

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a donde van mis letras cuando no estoy con ella.