el muro del día.
Me concentro profundamente. Entrecierro los ojos con suavidad y con una exhalación imitando a la brisa termino de cerrarlos, seguido de segundos sin oxigeno despierta un leve terror desvanecido al momento en que respiro. La espalda se encorva y los los hombros se relajan. El colchón da mil vueltas, el piso succiona la cerámica como restos en el lavaplatos. Giros eternos a la izquierda, el dramatismo de la gravedad, mientras se vea el agua. Estas solo en esta meditación semejante a la baja de azúcar. Estomago imita el giro eterno. Solo aire. Solo aire. Solo. Solo aire. Solo. Puntas de pie apoyadas en mis muslos, bailarinas delicadas, cisnes en un lago espejado por el cielo, colocados ahí por una mano externa. Escena puesta.
Unas moscas sobrevuelan la guerra. No ven misiles ni muertos. Se fueron un momento para regresar con mas alas y zumbidos. Invitados no deseados. Invasión de insectos. Solo aire. Solo aire. Respira. Llegue al tope de inhalaciones. Debo soltar. Solo aire. Solo. Solo aire. Ayuno. Repetir.
Mareos.
Otra vez, mareos.
Cuantas cosas he debido tolerar. Sin ti todo tiene el color de la realidad. Gira por su gravedad. Cae por el peso. Sin imaginación pero solapado a la tierra. Solo aire. Solo. Solo aire.
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