Apuesta de una amiga.
Un texto feliz.
Me ha retado a expresar felicidad interior mediante la escritura, sacar al exterior las sabanas y ropas blancas e impolutas que resaltan mas que el sol con ese olor, el perfume del detergente que invade una pradera donde pastan vacas libremente, esa imagen peculiar que vive en nuestras cabezas.
Es difícil esta tarea encargada. Tanto para mi, como para muchos aficionados, novatos y profesionales escribir es el acto de exprimir, desatascar las toxinas del cerebro, algunos les gusta lavarlo. Es una actividad que esta indicada como alivio, un suspiro de cansancio y un relaje de los nudos almacenados en hombros, pecho y estomago. Cualquiera que escribe o lee asiduamente sabrá exactamente estas sensaciones de memoria que a diferencia de otros hábitos no necesariamente exige mas letras, palabras o líneas; solo que por vista propias reconozcas la satisfacción de tu expresión.
Si bien mi amiga lleva razón al querer leer algo que levante los ánimos, ella, pasando un momento complicado al igual que yo en este momento mas que un reto o una tarea la veo como ese mensaje de alguien lejano que aparece de nuevo y causa extrañeza, alegría y duda en un solo comprimido masticable. Esa píldora que nos da dios, el universo, las estrellas o el rumbo de causalidades. La tristeza por ello es mas "fácil" de expresar, para casi todos compartirla es lo complicado, por eso se escribe o se esconde tras una historia con capas y capas metafóricas en una película ultra violenta. Esta todo el tiempo dando vueltas por ahí, te visita y se queda un rato o no, solo te saluda o pasa la noche. Quien en su mundo la vive de aquellas maneras que solo ese quien sabe.
Felicidad. Eso quieres, pero esa señorita (porqué si, es una mujer) es la hija de los pares conservadores, católicos e intransigentes. Con una cultura estática reglamentaria. Solo la ves una vez a la semana fuera de la escuela, los domingos en misa, en el coro de la iglesia. Ellos, los padres, esperan que te cases con ella para tenerla sobre tu pecho respirándote apacible en tu casa.
¿Deberíamos confiarle la sensación mas buscada a aquel, lejano momento?
Bueno, ya he comenzado a hacer preguntas y, redoblen los tambores, la felicidad no hace preguntas, ni una. No puede (ni debe) cuestionarse, revisar su significado, mucho menos comprobar que esta ahí y NI SE TE OCURRA pensar que no te es fiel a pesar de que después de los dieciséis la veas una vez al mes.
Así que un texto feliz ¿eh? o un mundo feliz. Acepto. El próximo será feliz. Sacare las telas blancas que tanto deseas leer. Espero que sea de tu agrado. No voy a dejar nada adentro.
¡Un texto feliz!
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