Manual practico para hacerse.
El sábado pasado fue atemporal, rápido y fugaz. El señor Zabal despertó a las once y cuarenta de la mañana tras una noche en la que un exceso consumista le enseño el VIP de un boliche de la zona. Poco recordaba de que tan bien la había pasado anoche, sabía que estuvo hasta las cinco de la mañana en una casa al noroeste de la ciudad, cagándose de frío y aniquilando las nauseas con tres vasos de un Fernet de segunda marca y vaya marca que dejo en su estómago si hablamos de marcas. Despegándose de charcos de vómito levantaba su cabeza que no podía pesar más que cuatro autos militares, el piso se movía al balanceo de unos pies insensibles, la sangre no llegaba. Pero bueno, que importa, ¿no? ¡Que nos importa lo que le haya pasado al señor Zabal!, sí es que existe algún hombre que se llame así o si es que acaso se le puede llamar señor. Esto es un manual práctico para construir, pero, si voy a serles sinceros, aún está incompl...