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Mostrando las entradas de julio, 2023

si, claro. si, claro.

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      V oy a volar todo por los aires. La explosión será digna de ver, no en el cielo, en el suelo será el despliegue de un solo color: el rojo candente, fresco, escarlata, delicioso carmín crepuscular. Solo necesito comprar el fuego, el aire que lo alimente. Debo encontrar quién este dispuesto a morir encima de las páginas que suplican un poema que no puedo escribirte. Las fotos arden en mis ojos. Las nubes dirán el tiempo, si llueve, si no llueve. Estos pinceles, estos nudillos, están ansiosos de una celebración y, dejame decirte, que se la merecen como tanto vos morir, pero quizá no tan literalmente. La paciencia se agota en esta negociación interminable, entre negroni y negroni, entre café y acidez estomacal, se desmorona la máscara de amabilidad en la que me he recubierto; la que vos mejor conocías. Encontrémonos entonces antes de que el día se termine, antes que la noche acabe, antes que pidas otro trago, antes de que surja la excusa permanente para dejarme sentado ...

poema dedicado a una persona que olvide recientemente.

 Espero que lo leas y, si lo lees, espero que no esperes esta espera maldita, este espacio en blanco entre páginas y líneas arrancadas y entre cuadernos debajo de la cama y todos los regalos sin abrir:  El olvido.  Con este dicho no tengo mucho más que dedicarte, esto es lo último que he retenido.     El tesoro está apostado sobre la luna, bajo     allá abajo donde los susurros son gritos      donde la tierra me llama y donde sé que     encuentras el perdón, extendiéndomelo      con tus propias manos, me has perdonado     los besos, el exceso y los asesinatos que por vos     cometería. No tendría la necesidad de pasar el rato     en tus otros brazos, imaginando que son tus brazos ni      tus cabellos, ni tus palabras, ni tu sonrisa, ni su casual     parecido a ti. Qué tonto he sido.      Ven a mi estrella caída,       soy tu...

esto es para quien lo necesite leer.

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            U n día, ya hace un par de años, me dije que si llegaba a ser consistente con este proyecto, debería felicitarme por haberlo mantenido durante su tiempo y funcionalidad, que no es más que desbloquearme cuando me encuentro a mí mismo ofuscado, viéndome desde fuera como si fuera otra persona, salir de la usual y cotidiana costumbre que tengo de renegar de mi estilo, mis hábitos, mi personalidad. He superado noventa entradas y se acercan las cien. Esto es una muestra objetiva, tangible, de que es lo que pasa, cuál es el resultado de mantener vivo cualquier cosa que se proponga. No hay nada de especial en escribir, no hay nada poderoso, no existe una sola razón fuera del ego para seguir tecleando, graficando, garabatear frases y párrafos para que otros se los vean o se vean en él. Es esta, pues, la única “cosa” especial que lo mantiene en pie a este proyecto aparte, claro, de la herramienta que supone para destrabar el frasco atascado de ideas ...